LA LLAMADA
Era
una noche lluviosa y ventosa de invierno. Una familia trabajadora dormía tranquilamente en su humilde casa de pocas
habitaciones y húmedas paredes.
Solo
José, el menor de los cinco hermanos, escuchó
esa noche el insistente sonido del teléfono.
Era
exactamente medianoche. Al atender la llamada, una voz grave y temerosa lo
llenó de escalofríos.
Desde
entonces, y entre pesadillas que lo perturbaban, siempre a las doce de la
noche, se repetía esa inquietante llamada, que sólo él escuchaba.
José
recuerda en su niñez un episodio dramático que le había ocurrido pescando en el
muelle de su pueblo. Pedro, su amigo del alma y compañero de largas noches de
pesca, en una maniobra desafortunada cayó al agua, una ola lo arrastró y nunca
más se supo de él.
Esa
voz en el teléfono lo perseguía todas la noches; José no encontraba alivio en
su casa hasta que decidió irse a vivir con unos tíos en el campo.
Pasaron varias noches y, sorprendentemente, la voz de esas llamadas estremecedoras,
desapareció.
Los
tíos, a los pocos días, alegres con la llegada de José, decidieron realizar una
gran fiesta en el pueblo.
La
fiesta, que comenzó a la salida del sol, estaba llena de chicos jóvenes que disfrutaban de cada momento del día, entre pizzas, empanadas y baile. Sólo faltaba la
llegada del último habitante del pueblo.
Llegando
la medianoche el teléfono sorprendió nuevamente a José. La voz parecía calma,
alegre y feliz. Era la llamada del último invitado, el más esperado…su amigo
Pedro.